La 29ª Conferencia de las Partes sobre el Clima (COP29), celebrada en Bakú (Azerbaiyán), se concluyó en gran confusión.
El acuerdo alcanzado apenas permite mantener las apariencias, prometiendo 300 mil millones de dólares anuales en ayuda a los países más pobres y afectados por el cambio climático para 2035.
Los debates destacaron una debilitación de la diplomacia climática, socavada por efectos erosivos similares a los que minan otras herramientas del multilateralismo.
En este contexto, el choque Norte-Sur se basa en una ecuación cada vez más difícil de resolver.
El pequeño grupo de países desarrollados ha contrapuesto la enormidad del esfuerzo requerido en una situacion economica y politica desfavorable.
Un año después de la Conferencia del Clima de Dubai, el objetivo de transición ecológica lejos de los combustibles fósiles permanece en un estado de inacción.
Las reglas reguladoras de los mercados de carbono fueron adoptadas después de casi nueve años de negociaciones, sin las herramientas de control adecuadas y la transparencia necesaria.
Conclusión: Los resultados mixtos de Bakú plantean que la próxima reunión programada para 2025 en Belem, Brasil, podría ser un momento crítico para el clima.