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Editorial: La Vanguardia

  • Estamos en la revolución de la movilidad hacia una mayor sostenibilidad, pero enfrentamos desafíos significativos en términos de coordinación y transformación.
  • El transporte contribuye al 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero en España.
  • El cambio de la movilidad por motor de combustión a la eléctrica apenas está en sus inicios en España debido a la lentitud de la implementación por parte de las autoridades.
  • España tiene una baja penetración de vehículos eléctricos en comparación con Portugal donde los coches eléctricos representan el 31,5% del total.
  • Existe una necesidad crítica de renovación del parque automovilístico en España, ya que es uno de los más viejos de Europa.
  • A pesar de tener una excelente red de trenes de alta velocidad, España carece de suficientes conexiones ferroviarias de corta y media distancia.
  • El transporte de mercancías por ferrocarril todavía tiene que cubrir un gran camino para reemplazar a los camiones súper contaminantes.
  • Las grandes ciudades, preocupadas por la contaminación, favorecen los viajes a pie, en bicicleta y patinete a pesar de un transporte público insuficientemente desarrollado.
  • El coche autónomo aun no está disponible y no se espera en el corto plazo debido a las altas exigencias de digitalización.
  • Además de los coches y los camiones, la sostenibilidad también debe extenderse al transporte aéreo y marítimo.

Conclusión: La revolución de la movilidad sostenible está en marcha, pero todavía le queda mucho para triunfar. Se necesitan esfuerzos redoblados en todos los ámbitos.