Los gobiernos autoritarios están extendiendo su persecución de críticos mucho más allá de sus fronteras.
La represión transnacional a menudo pasa con mínima atención a menos que su objetivo sea altamente visible.
Los sindicatos, periodistas y activistas de la sociedad civil pueden encontrar solo protección limitada, incluso si ganan reconocimiento como refugiados.
La vigilancia y el acoso también se han extendido en territorio británico.
Las organizaciones internacionales advierten que la problemática de la represión transnacional se está extendiendo.
Human Rights Watch ha pedido un nuevo relator de la ONU enfocado en esta problemática.
Conclusión: Es necesario enfrentar tácticas cada vez más descaradas con acciones igualmente audaces, llamando la atención de la represión transnacional y responsabilizando a los gobiernos por ella.