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Editorial: The Guardian

  • Las elecciones presidenciales en Rusia son consideradas una farsa ya que el resultado es un hecho. Vladimir Putin ganará.
  • La democratización después de la época soviética casi ha muerto, con sólo unos pocos manteniendo viva la llama.
  • A pesar de la represión y miedo inducido por el estado, existen manifestaciones a favor de una 'Rusia sin Putin'.
  • A pesar de la opresión, opiniones públicas y encuestas son difíciles de realizar y el sentimiento popular hacia Putin y la guerra es oscuro.
  • La posición de Putin está asegurada a través de la fuerza bruta y la creencia inculcada que ninguna alternativa es viable.
  • La elección de esta semana es más una afirmación del poder existente que una elección democrática.

Conclusión: Aunque la libertad prometida en la constitución rusa se siente lejana hoy, la elección de esta semana mostrará que el espíritu de oposición no puede ser apagado.