Las elecciones presidenciales en Rusia son consideradas una farsa ya que el resultado es un hecho. Vladimir Putin ganará.
La democratización después de la época soviética casi ha muerto, con sólo unos pocos manteniendo viva la llama.
A pesar de la represión y miedo inducido por el estado, existen manifestaciones a favor de una 'Rusia sin Putin'.
A pesar de la opresión, opiniones públicas y encuestas son difíciles de realizar y el sentimiento popular hacia Putin y la guerra es oscuro.
La posición de Putin está asegurada a través de la fuerza bruta y la creencia inculcada que ninguna alternativa es viable.
La elección de esta semana es más una afirmación del poder existente que una elección democrática.
Conclusión: Aunque la libertad prometida en la constitución rusa se siente lejana hoy, la elección de esta semana mostrará que el espíritu de oposición no puede ser apagado.