El líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, murió abruptamente tras enfermar después de un paseo.
La muerte de Navalny es vista por muchos como un asesinato debido a efectos residuales del envenenamiento con novichok en 2020.
La muerte de Navalny subraya el silenciamiento exhaustivo y despiadado de la oposición en Rusia.
La muerte de otros críticos del Kremlin a lo largo de los años ha enfrentado indignación fuera de Rusia, aunque con acciones limitadas.
Conclusión: La muerte de Navalny es emblemática de la lucha y las consecuencias de desafiar el status quo en Rusia, sin embargo, su llamamiento a sus seguidores es a no rendirse en su lucha por la justicia y contra la corrupción.