En las elecciones de la semana pasada, los votantes salieron en gran número para ejercer sus derechos democráticos y frenar con éxito los esfuerzos evidentes del ejército para robar el concurso.
Los candidatos independientes leales a Imran Khan, líder encarcelado del partido prohibido Tehreek-e-Insaf (PTI), ganaron la mayoría de los escaños.
El antes dominante Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) quedó en tercer lugar.
A pesar de venir en segundo lugar, Sharif afirma descaradamente haber ganado el derecho a formar el próximo gobierno.
Los intentos por ignorar a Khan y a sus seguidores pueden desencadenar más inestabilidad y disturbios.
Conclusión: Los paquistaníes deberían tomarse un momento para celebrar la revuelta de los votantes de 2024, que ha sacudido una tradición de dominio militar en la política del país.