La creciente popularidad del partido de extrema derecha alemán, Alternativa para Alemania (AfD), se ha vuelto una característica preocupante en la escena política europea.
El AfD lidera actualmente las encuestas en tres estados del este que tendrán elecciones en otoño y se encuentra en segundo lugar a nivel nacional.
El partido ha sido criticado por su plataforma abiertamente xenófoba y por explotar la inseguridad y la dificultad generalizadas para sus propios fines.
Existe una creciente preocupación de que el AfD represente una amenaza material a la constitución posterior a la guerra de Alemania. A esto contribuye, la revelación reciente de que altos cargos del AfD se unieron a otros prominentes extremistas de derecha para discutir un plan de deportaciones masivas forzadas de migrantes.
La agencia de inteligencia doméstica de Alemania ya ha clasificado a las organizaciones del partido en ocho de los 16 estados federales del país como 'probadas extremistas de derechas' o 'sospechosas de ser extremistas de derechas'.
Los últimos descubrimientos han provocado llamados para que el partido sea prohibido por la corte constitucional federal, aunque este proceso podría ser difícil de lograr y, a su vez, arriesgado, ya que podría fortalecer la credibilidad antiestablecimiento del AfD en un momento en que ha adquirido un impulso político significativo.
Conclusión: Como ha demostrado el caso de Potsdam, es de vital importancia mantener el cordón sanitario político a nivel federal para mantener al AfD fuera de cualquier coalición gubernamental. A largo plazo, se necesita una batalla de corazones y mentes para derrotar al partido, requiriendo mayor ambición e imaginación por parte de la clase política convencional.