El hambre y la inseguridad alimentaria son problemas persistentes en Estados Unidos, afectando a más del 13 % de la población, con altas tasas en las comunidades negras y latinas.
Feeding America está interviniendo para abordar esta crisis, proporcionando comida a decenas de millones de estadounidenses diariamente.
A pesar de la enorme demanda, la financiación y las donaciones para la organización han disminuido desde la pandemia de Covid.
Casi la mitad de las personas que carecen de seguridad alimentaria no califican para programas federales de ayuda debido a ingresos relativamente altos.
Para mitigar esta crisis se requiere de una serie de intervenciones políticas, incluyendo la ampliación de la elegibilidad para la ayuda alimentaria y los créditos fiscales, mejorando el acceso a los programas de comida escolar y la construcción de viviendas más asequibles.
Conclusión: El hambre en la nación más rica del mundo es un problema grave que requiere una acción constante y estratégica tanto por parte de las entidades filantrópicas como de las políticas de gobierno.