Los líderes empresariales no pueden permitirse estar pasivos y silenciosos durante esta elección.
Donald Trump niega la legitimidad de las elecciones y desafía los límites constitucionales del poder presidencial, atacando las bases de la prosperidad americana.
Numerosos líderes corporativos han apoyado la candidatura de Trump, a pesar de sus actitudes y políticas inestables.
Trump se ha demostrado como la personificación de la incertidumbre, cambiando abruptamente las políticas federales.
Las promesas de recortes de impuestos y lenidad reguladora de Trump deben ser ponderadas en contra de sus propuestas de grandes tarifas y deportaciones.
Trump ha tratado los poderes de la administración federal para premiar a amigos y castigar a enemigos, lo cual no favorece a los negocios.
Conclusión: Trump no es un campeón de los negocios, sino un tribuno de agravios populistas, por lo que los líderes empresariales deben defender la democracia estadounidense oponiéndose públicamente a su candidatura.