En 2015, Angela Merkel, ex canciller de Alemania, permitió la entrada de solicitantes de asilo a su país, lo que provocó reacciones tanto positivas como negativas.
En 2021, el gobierno del canciller Olaf Scholz impuso controles fronterizos para detener a los inmigrantes indocumentados, ampliándolos a nuevos países en septiembre.
Esta medida provocó indignación en los países vecinos, que consideraron que Alemania estaba rompiendo su solidaridad europea.
La migración masiva se ha convertido en un importante desafío del siglo 21, alimentando movimientos de extrema derecha que explotan miedos populares.
En Alemania, la reacción pública ha sido enorme con 44% de los encuestados considerando que la migración y los refugiados son el problema más urgente del país.
La decisión de Merkel en 2015 impulsó el auge de AfD, un partido de extrema derecha con una posicion anti-inmigracion y anti-musulmana.
Conclusión: La gestión de Alemania en cuanto a la inmigración ha provocado malestar en sus vecinos y ha alimentado movimientos de extrema derecha. Se requiere una acción conjunta en toda Europa para abordar adecuadamente el problema migratorio.