Existe una presencia desproporcionada de las tropas y la inversión militar de los EE. UU. en los aliados europeos de la OTAN.
Los europeos necesitan asumir más responsabilidad en su propia defensa, debido a la creciente atención de los EE. UU. hacia desafíos como China.
A pesar de las amenazas de los EE. UU. de abandonar a los países que no contribuyen suficientemente a su propia defensa, una tercera parte de los miembros de la OTAN no alcanzan el objetivo de gasto acordado.
Existe un descontento creciente en Europa con respecto a la dependencia de las fuerzas de los EE. UU.
La continua presencia de los EE. UU. en la OTAN también se debe a incentivos financieros, como los contratos de defensa para empresas estadounidenses.
Existen esfuerzos para que Europa se deshaga de su dependencia del poderío militar de los EE. UU., pero a menudo estos son frustrados por los EE. UU.
Actualmente, Europa carece de la capacidad para desplegar soldados y equipos que la OTAN necesita para defender a sus miembros.
Conclusión: La importancia de que los europeos asuman una responsabilidad mayor en su propia defensa es cada vez mayor. Este cambio de roles no sólo permitirá a los EE. UU. centrarse más en otros desafíos, sino que también fortalecerá la alianza de la OTAN.