Durante más de 12 años, Alexei Navalny ha luchado contra la dictadura de Vladimir Putin, quién ha intentado evitar mencionar a Navalny, a pesar de sus esfuerzos para silenciarlo.
Las reacciones oficiales ante la eventual muerte de Navalny confirman la seriedad de sus acusaciones de corrupción y misgobierno como un desafío político a Putin.
Navalny destacó por romper con las mentiras del gobierno, convirtiéndose en un figure peligroso, un mártir, que amenaza a Putin a un mes de las elecciones nacionales.
A diferencia de la oposición inteligente y urbana al gobierno de Putin, Navalny logró conectar con los resentimientos del ciudadano común ruso a través de la denuncia de la corrupción.
Mientras los disidentes de la época soviética luchaban contra una ideología utópica, la batalla de Navalny fue contra aquellos que usaron la victoria sobre el comunismo para acumular poder y riqueza.
Conclusión: Navalny fue un luchador valiente, que eligió defender sus creencias a pesar de sufrir. Navalny desafiaba la narrativa de Putin representando a la grandeza rusa. Su muerte podía añadir impulso a las preguntas y acusaciones que planteó, dificultando a Putin el mantenimiento de su mito.