Michel Barnier, primer ministro, plantea un esfuerzo presupuestario de 60 mil millones que ha causado un alto impacto.
Barnier pretende atraer a la clase media insistiendo en que no se verá afectada por el esfuerzo fiscal, a pesar de los recortes previstos.
Habrá un incremento de impuestos de 20 mil millones, principalmente para grandes empresas y contribuyentes ricos.
El gobierno busca repartir los 40 mil millones restantes en ahorros entre el Estado, la Seguridad Social y las entidades territoriales.
Esta estrategia marca una ruptura con las políticas fiscales anteriores de Emmanuel Macron.
Conclusión: Barnier busca una reforma fiscal importante que rompe con las políticas anteriores, centrada en aumentar los impuestos a los más ricos y aliviar la carga para la clase media.