Barnier, el primer ministro nominado por Emmanuel Macron, ha cultivado una imagen de sabio veterano.
Se enfoca en sus anteriores roles como comisionado de la UE y negociador del Brexit para fortalecer su imagen.
Su carrera política diversificada y amplia es vista como una de sus fortalezas.
A pesar de su discreción respecto a sus intenciones, ha mantenido una imagen positiva gracias a su compostura y serenidad.
Sus escasos mensajes respecto a la dirección política y fiscal del país han generado inquietud.
Su resistencia a la extrema derecha, y la necesidad de manejar el problema de la inmigración de manera efectiva, se destacan como destacados desafíos.
Conclusión: Barnier se encuentra en un momento crucial y se enfrenta a desafíos importantes. Debe manejar y equilibrar delicadamente una serie de problemas sensibles para mantener su imagen y efectividad como líder.