El gobierno parece creer que estamos en 1974, época del presidente Valéry Giscard d'Estaing y de una crisis petrolera, a pesar de que el problema ahora es diferente.
El gobierno ha aprobado de manera secretiva la expansión de una concesión petrolera cerca del bosque de Fontainebleau, que anteriormente era cinco veces menor.
Francia ya no necesita tanto petróleo como antes, ya que las concesiones dentro del país no abarcan ni el 1% de su consumo de hidrocarburos.
El verdadero problema que Francia enfrenta ahora es la escasez de agua, y este proyecto petrolero amenaza las fuentes de agua potable de más de 180,000 habitantes de la región de Île-de-France.
Conclusión: Este proyecto es una idea arcaica que no debería ser implementada, ya que podría resultar en un desastre ecológico. Es hora de que Francia se alinee con los tiempos actuales y empiece a valorar más sus fuentes de agua que su petróleo.