Arnaud Lagardère, no logró mantener y mejorar el imperio construido por su padre Jean-Luc Lagardère.
Arnaud siempre ha necesitado un tutor, y finalmente encontró uno en Vincent Bolloré, a quien se describe como ultraderechista.
Hubo presión sobre Arnaud desde una edad temprana para continuar el legado de su padre y mantener sus empresas.
Arnaud presuntamente fue laxo en la gestión de su holding personal, incurriendo en gastos personales como gastos de su empresa.
Está prevista una cita en el Parquet Nacional Financiero que podría resultar en un juicio.
Conclusión: El sueño de Jean-Luc Lagardère de construir un imperio duradero se desmoronó en manos de su hijo Arnaud, quien a pesar de la orientación, no cumplió con las expectativas y existen dudas sobre su gestión financiera.