Mahmoud Abbas está escondido en su fortaleza en Ramallah, inoperante y sin poder.
Dirige una Autoridad palestina antigua y corrupta donde nadie cuestiona nada por miedo a que caiga un edificio que se ha construido pacientemente durante años.
Él está luchando a puerta cerrada para que nada cambie mientras su pueblo, rehén de Hamas, es atacado por el ejército israelí en Gaza y los colonos en Cisjordania.
Se sabe que no será el hombre para el "día después" de este conflicto, esto es una certeza.
Si no es Abbas, entonces ¿quién será? El desafío actual es encontrar un líder creíble.
Conclusión: El panorama político palestino se encuentra en un punto crítico, incierto y peligroso. Con Abbas percibido como débil e inoperante, la búsqueda de un nuevo líder representa un desafío significativo.