- El Primer Ministro ha confirmado su intención de continuar la relación con el poderoso sindicato agrícola francés.
- El gobierno abraza las reivindicaciones de la FNSEA, para prevenir un movimiento de descontento de agricultores más radicales.
- A pesar de la necesidad de desvincularse de modelos agrícolas perjudiciales para el medio ambiente, el gobierno sigue apoyando a la FNSEA.
- La FNSEA tiene autoridad local y regional, a pesar de las protestas y resistencias.
- El modelo agrícola francés está llegando a su límite, tanto ecológica como económicamente.
Conclusión: La continua colaboración entre el gobierno y la FNSEA es cuestionable, dados los impactos evidentes en el medio ambiente y la economía.