El conflicto de larga duración en la región de los Grandes Lagos en África Oriental es de interés para los Estados Unidos debido a la abundancia de recursos como tierras raras, litio, tántalo y coltán.
El conflicto involucra al Rwanda, quien ha visto éxito económico pero también ha demostrado tendencia autoritaria y expansionista, y la República Democrática del Congo, un estado masivo pero en decadencia.
El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha mostrado interés en adquirir derechos mineros en la República Democrática del Congo a cambio de promover la diplomacia y la paz.
El modelo de desarrollo de Ruanda se basa en la estabilidad y el clima empresarial, lo que podría hacerlo susceptible a las presiones de Washington.
El gobierno de la República Democrática del Congo, dirigido por Félix Tshisekedi, se encuentra en un estado de inseguridad y tiene poco control sobre las regiones mineras.
El líder ruandés, Paul Kagame, es impredecible y su intención de controlar los recursos mineros de su vecino es preocupante.
Conclusión: La intervención de Donald Trump en el conflicto, aunque posiblemente motivada por el orgullo y los intereses comerciales en lugar de por intereses puramente humanitarios, ha tenido efecto en aliviar el estancamiento del conflicto. Sin embargo, los mensajes contradictorios y las prioridades cambiantes pueden resultar problemáticas.