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Editorial: Le Monde

  • La toma de Bamako por los yihadistas y la instauración de la ley islámica en Mali parece nuevamente posible.
  • El Groupe de soutien de l’islam et des musulmans (JNIM), afiliado a Al-Qaida, controla gran parte del país y asfixia la capital bloqueando la entrada de camiones cisterna de combustible.
  • La junta del coronel Assimi Goïta, autoproclamada general en 2024, parece impotente ante el bloqueo y ha despedido a altos oficiales del ejército por insuficiencia de resultados.
  • Las promesas de seguridad y soberanía han dado lugar a un régimen dictatorial, supresión de elecciones, disolución de partidos políticos, encarcelamiento de opositores, mordaza a la prensa y cierre del país a periodistas extranjeros.
  • Ejércitos del Estado y mercenarios rusos son incapaces de contrarrestar los yihadistas que prosperan en la ausencia del Estado.
  • El JNIM, que aspira al poder e impone la ley sharia, exige que las mujeres se cubran y sean separadas de los hombres.
  • Se ha evidenciado un gran desperdicio tras más de una década de intervención militar francesa, despreciada por errores de análisis, malas interpretaciones y condescendencia.
  • El ejército de Mali, despreocupado por la seguridad y la pobreza del país, se centra en mantener su posición de poder.

Conclusión: Assimi Goïta y sus lugartenientes están empujando a Mali, un estado activo y abierto, hacia una versión africana de Afganistán, con consecuencias incalculables para toda la región del Sahel, específicamente para los vecinos de Senegal y Costa de Marfil, y especialmente para las mujeres de Mali.