El sufrimiento de los rehenes israelíes vivos y los palestinos en Gaza, sometidos a bombardeos indiscriminados, ha llegado a su fin.
Cerca de 2,000 prisioneros palestinos también recuperaron su libertad.
El mérito de este desenlace es acreditado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La propuesta de Trump para poner fin al conflicto israelo-palestino todavía tiene muchas imprecisiones.
Las grandes potencias deben aprender de esta situación y entender las consecuencias de su pasividad anterior.
El comportamiento de Israel hacia los palestinos y los intentos de colonización desafían los acuerdos existentes y han sido apoyados por algunos estados árabes.
Sin un esfuerzo diplomático significativo, el éxito de Trump solo conducirá al restablecimiento de la situación previa a las atrocidades.
Conclusión: La solución de dos estados requiere el compromiso y la constancia de todos, y aún estamos lejos de alcanzarla.