Emmanuel Macron ha elegido forzar su propio destino, a pesar de la renuncia de Sébastien Lecornu, nombrando al antiguo Ministro de Defensa en un gabinete sin cambios reales.
Su obstinación en elegir a sus aliados y la falta de concesiones corre el riesgo de convertir una crisis política importante en un bloqueo duradero de las instituciones.
El Gobierno se anunció tarde el domingo, y Macron retocó los detalles hasta el último momento, significando un fuerte control por parte del Elíseo.
Las tensiones en el partido Les Républicains y la falta de personalidades destacadas de izquierda no ofrecen garantías al primer ministro.
Macron ha vuelto al centro del juego creyendo que es suficiente para salir de la crisis, pero parece seguir con políticas anticuadas.
Conclusión: Macron debería distanciarse de su propia presidencia, al menos en política interna, para salvar lo que queda de ella. Sin embargo, su intento de mantener el control podría llevar a una crisis que cada vez se parece más a una extraña derrota.