Existe una disminución en las tensiones entre Francia y Argelia, marcada por la visita del ministro francés de asuntos exteriores a Argel.
Los litigios diplomáticos, migratorios y judiciales habían elevado la tensión entre las dos capitales.
Ambos países se comprometen a resolver las disputas que envenenan su relación, tanto en cuanto a los asuntos migratorios como a la situación del escritor franco-argelino Boualem Sansal.
El futuro de la relación es frágil y dependiente de la conexión personal entre los presidentes de ambos países.
Un obstáculo a superar es la interpretación divergente de las reglas jurídicas que rigen los flujos migratorios.
El otro obstáculo es la disminución gradual en los canales de cooperación entre los dos países.
Positivamente, un respiro en la relación se vislumbra en el corto plazo debido a la crisis de Argelia con sus vecinos del Sahel y la perspectiva de un cambio en los precios del petróleo.
Conclusión: Se necesitará más que un simple acercamiento de oportunidad para consolidar el frágil diálogo actual.