François Bayrou formó su gobierno ante de Navidad, pero hubo obstáculos y no logró cumplir con sus ambiciones de expandir su base de apoyo.
El gobierno anunciado tiene la misma tamaño al de su predecesor, Michel Barnier, sugiriendo que los mismos problemas podrían presentarse.
Bayrou ha prometido que podría unir a los demócratas cristianos, socialdemócratas y liberales, pero no logró acercarse a todas las facciones.
Manual Valls y François Rebsamen representan el ala de izquierda del gobierno, pero ambos han distanciado del Partido Socialista.
El nombramiento de Gérald Darmanin como ministro de justicia podría ser visto como una provocación a parte de la magistra, debido a sus posicionamientos anteriores considerados antagonicos con la justicia.
Bayrou ha nombrado personas fuertes con amplios parámetros de acción para ciertos roles, esperando generar más confianza.
Conclusión: Bayrou está en una posición precaria igual a la de Michel Barnier, y con una baja popularidad. Con la economía estancada y la frustración del pueblo, Bayrou se enfrenta a grandes desafíos.