Persiste la incertidumbre en Siria tras la caída de Bashar Al-Assad.
Existe una amenaza de conflicto en el noreste del país, donde los aliados sirios de Turquía pretenden repeler a las fuerzas kurdas.
Las intenciones de los que destituyeron al antiguo líder de Damasco están en duda.
Los efectos monstruosos del régimen son evidentes a través de las fosas comunes y cámaras de tortura descubiertas.
La represión del levantamiento en 2011 probablemente causó la muerte de decenas de miles de sirios.
Las nuevas autoridades sirias serán evaluadas en función de su respeto por los derechos fundamentales.
Para distanciarse de una era de terror, buscar justicia y evitar más derramamiento de sangre, las nuevas autoridades deben perseguir a los miembros de la dinastía Assad.
Conclusión: Es esencial para la comunidad siria, dividida en grupos religiosos y étnicos, perseguir la justicia. Esta búsqueda de justicia puede convertirse en un factor de unificación para la sociedad siria.