La condena a prisión de Nicolas Sarkozy en el caso llamado 'escuchas' es un terremoto político.
Esta es la primera vez bajo la Vª República que un ex presidente recibe una pena tan dura por corrupción y tráfico de influencias.
El ex presidente de la República, a pesar de proclamar su inocencia, se enfrenta a la pena de tres años de prisión con uno en firme bajo control electrónico.
A pesar de su posición de influencia, utilizó una línea telefónica secreta para comunicarse con su abogado, temiendo que la línea oficial estuviera intervenida.
Este caso revela el lado más cuestionable de Sarkozy, un lado en el que se entrelaza la batalla política y la lucha contra el poder judicial.
Sarkozy, al presentarse como una víctima, logró galvanizar a los partidarios y llevar al partido de derechas a una deriva preocupante, donde la justicia y el estado de derecho están cada vez menos respetados.
Conclusión: El caso de Sarkozy señala la preocupación sobre la vulnerabilidad del sistema judicial y político francés, y la responsabilidad de los políticos para respetar la ley.