El G20 ha estado marcado por la descomposición del orden internacional y un debilitamiento de la influencia occidental.
El conflicto en Ucrania y la guerra guiaron la ausencia de Vladimir Putin del evento debido a un mandato de arresto por crímenes de guerra.
La posible vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025 agrega incertidumbres tanto comerciales como económicas.
Xi Jinping, líder chino, usurpó protagonismo a Joe Biden, propulsando la influencia de China en América del Sur.
No se registraron avances en asuntos de importancia, como el cambio climático y la imposición fiscal a los más ricos.
Conclusión: El G20 evidencia una crisis del multilateralismo, con una geopolítica cada vez más fragmentada y la efectividad de cumbres internacionales en entredicho.