El Pass culture, una política cultural principal de Emmanuel Macron, está siendo reformado.
En lugar de un 'cheque' fijo de 300 euros para gastos culturales por jóvenes de 18 años, el monto podría variar según la situación social del beneficiario.
Parte del dinero se destinará a las artes escénicas en un intento por diversificar el uso del Pass más allá de la compra de libros y suscripciones de música en línea.
El Pass culture ha estado bajo crítica, particularmente por favorecer a los empresarios privados y por la falta de estadísticas precisas de la compañía que lo maneja.
Rachida Dati propone reformas significativas, incluyendo la eliminación de una política de demanda, que podría ayudar a rectificar la injusticia social y fomentar la diversificación.
Conclusión: Estos cambios son esenciales para el futuro del Pass culture. Aunque la implementación de la reforma será complicada, es crucial para la supervivencia de una de las pocas iniciativas a favor de la juventud desde 2017.