Los déficits públicos de Francia alcanzan alturas sin precedentes, y el país corre el riesgo de perder totalmente el control de sus decisiones presupuestarias.
Es preocupante la rapidez de la degradación financiera y se necesita una corrección urgente.
La deuda pública está creciendo a un ritmo alarmante, con un considerable déficit entre los gastos y los ingresos.
La deuda de Francia es considerada más arriesgada que la de España y casi tanto como la de Grecia.
La credibilidad de Francia ha sido dañada por la actual inestabilidad política.
Es necesario actuar rápidamente y asumir responsabilidades para gestionar la situación.
Los partidos políticos están atrapados por sus promesas irresponsables y su tendencia a complacer a su electorado a cualquier costo.
Una probable solución a la crisis sería convocar de inmediato una conferencia multipartidaria para redefinir las prioridades y teniendo en cuenta una sensación de equidad.
Conclusión: Si Francia no es capaz de reorganizar su sistema social y fiscal en peligro de asfixia, otros lo harán por ellos.