El nuevo gobierno de Michel Barnier se enfrenta a desafíos, específicamente la urgencia de la situación en Nueva Caledonia.
El intento de descolonización de Francia en el territorio no ha tenido éxito hasta ahora.
Los referendos anteriores sobre la independencia no han resuelto la situación.
Macron fracasó al intentar manipular la situación con la cuestión del cuerpo electoral, lo que resultó en una impasse sangrienta.
La decisión inmediata del nuevo gobierno es si procederá o retrasará las elecciones provinciales.
La inseguridad personal y alimentaria y la radicalización política están tornando difícil la organización de elecciones serenas.
Barnier debe tratar el dossier de Nueva Caledonia de manera transversal y romper la fragmentación previa para tomar control.
Se requiere una decisión presupuestaria para reconstruir el territorio, calculado en mil millones de euros al menos anualmente durante cinco años.
Se deben aprender lecciones del fracaso político en Nueva Caledonia, la cuestión del cuerpo electoral no puede ser separada de las discusiones sobre la soberanía y la ciudadanía.
Conclusión: La urgencia está en retomar el diálogo amplio y paciente y una rigurosa imparcialidad del Estado para restaurar la confianza mínima necesaria para el regreso de la paz civil.