Francia aún no tiene un primer ministro, y la degradación de las cuentas públicas continúa rápidamente.
El déficit podría alcanzar el 5.6% del PIB, excediendo previsiones previas.
El crecimiento se mantiene, disipando sospechas de que la situación económica es la causa de este déficit.
Las circunstancias actuales contradicen las promesas fiscales optimistas del gobierno.
Los partidos políticos tienen reacciones variadas y no ofrecen seguridad fiscal.
El debilitamiento de las cuentas públicas ha sido una constante durante el mandato de Macron.
La falta de planeamiento fiscal y reformas necesarias han agravado el déficit.
Conclusión: El próximo gobierno debe ser capaz de adoptar un presupuesto sostenible o Francia podría enfrentar dificultades económicas que pondrían a prueba la paciencia de sus patrocinadores y socios europeos.