Seis semanas después de las elecciones legislativas, Francia sigue sin gobierno.
Existen posibles candidatos a primer ministro, pero no se han avanzado sus programas.
La persistente inactividad tiene consecuencias graves, como decisiones importantes tomadas por un gobierno sin legitimidad democrática.
La lógica de requerir un primer ministro que no sea subordinado del presidente, está en contradicción con la intención de Macron de mantener el control.
El presidente Macron se muestra reacio a abandonar la 'época de oro' de los Juegos Olímpicos.
Tanto Macron como una parte de la izquierda, están en una fase de negación sobre las elecciones legislativas y las consecuencias.
Conclusión: La situación política actual es extremadamente compleja y requiere urgentemente salir de la negación para permitir el desarrollo de los proyectos concretos del futuro gobierno.