El presidente Emmanuel Macron decidió honrar a Missak Manouchian y su esposa, Mélinée, radicando sus restos en el Panthéon, un acto que reconoce la valentía de los inmigrantes en la lucha contra el nazismo.
La decisión también pone de relieve el papel de los inmigrantes en la construcción de la historia de Francia y en la expansión de sus valores universales.
Esta decisión demuestra un cambio en la visión de la historia francesa, incluyendo en la narrativa a aquellos cuyas familias provienen de otros lugares.
Esta celebración de los inmigrantes resistentes no puede separarse del contexto de xenofobia actual, exacerbado por la extrema derecha.
Marine Le Pen y su partido, aunque herederos de los que perseguían y entregaban a los resistentes, debieran mantenerse al margen de esta celebración.
El presidente Macron debe ser coherente entre las posturas morales que adopta en sus discursos y los actos con los que centra su estrategia política en las preocupaciones del RN.
Conclusión: El honor otorgado a los Manouchian es un acto de justicia y un reconocimiento a la contribución de los inmigrantes a la historia francesa. Sin embargo, Macron debe mantener la misma postura en sus políticas y ser real en su enfrentamiento con la extrema derecha.