El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha endurecido su postura en relación a la inmigración y ha renunciado a pedir regularizaciones.
El proyecto de compromiso en preparación supone un aumento significativo en los agentes de fronteras, una expansión de la capacidad de los centros de detención y una aceleración de los procesos de solicitud de asilo.
Se espera que los republicanos acuerden un nuevo tramo de ayuda militar para Ucrania a cambio de estas reformas.
Los esfuerzos de Biden pueden ser interrumpidos por Donald Trump, quien parece preferir dañar a su probable oponente en lugar de implementar medidas que reducirían la inmigración ilegal.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha ignorado una decisión de la Corte Suprema y continúa bloqueando el acceso a la policía de fronteras, poniendo la soberanía de Texas por encima de la del Estado federal.
Conclusión: Las decisiones recientes en torno a la inmigración revelan tensiones políticas internas, con un enfoque cada vez más severo y medidas que no siempre alinean los intereses de la nación y los del partido político.