La estabilidad de Alemania en la era Merkel se ha evaporado en un periodo de dos años.
La creciente influencia de la extrema derecha, particularmente el partido Alternativa para Alemania (AfD), ha creado un clima de tensión política.
Las protestas multitudinarias son una respuesta al plan de deportación masiva de inmigrantes propuesto por la AfD.
La normalización y creciente respetabilidad de la extrema derecha está causando división entre los partidos tradicionales.
La guerra en Ucrania ha afectado seriamente la economía de Alemania, debido a sus vínculos energéticos con Rusia.
Las dificultades presenciadas en la coalición gubernamental han hecho resurgir las divisiones ideológicas.
Conclusión: Alemania está viviendo un periodo político y económico delicado. Sin embargo, su firme compromiso con la democracia es su mejor activo para superar la crisis.