Los combustibles fósiles son un factor primordial en el cambio climático y su combustión representa casi el 90% de las emisiones de dióxido de carbono.
La conferencia anual del clima de la ONU, la COP30, no ha logrado definir una hoja de ruta para la reducción progresiva del uso de estos combustibles.
Para detener por completo el calentamiento global, deben alcanzarse las cero emisiones netas de dióxido de carbono.
El presidente brasileño, Inácio Lula da Silva, ha jugado un papel ambiguo, defendiendo la lucha contra el cambio climático y apoyando la industria petrolera.
La influencia negativa de Donald Trump, defensor de la industria del petróleo, es notable en el contexto global.
La ONU admite que es imposible evitar que el calentamiento global del planeta crezca más de los 1,5 grados Celsius a finales de siglo.
Las conclusiones de la COP30 solo mencionan voluntariedad en la acción climática y una eliminación gradual de combustibles fósiles, sin especificar ni presionar por un acuerdo.
Conclusión: La conferencia de Belém no ha traído grandioso avances en la lucha contra el cambio climático, pero se destacan la continuidad del avance colectivo, el multilateralismo y la solidaridad. Las presiones para avanzar en la eliminación de los combustibles fósiles deben ser mayores en las futuras conferencias.