Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, compareció ante la Comisión del Senado que investiga operaciones del Ejecutivo con la intermediación de Koldo García y la trama de la Operación Delorme.
La sesión fue esperada con gran expectativa, en busca de revelaciones comprometedoras para Sánchez, pero al final, Sánchez resistió y el PP no logró su objetivo.
Sánchez reconoció su responsabilidad política en los nombramientos de Ábalos y Cerdán, y admitió que habría recibido pagos en efectivo del partido, nunca superiores a mil euros.
La sesión fue bronca, con la mayoría de la responsabilidad en los dos partidos mayoritarios: PP y PSOE.
Sánchez consideró que la comisión era más de difamación que de investigación, llegando a comportarse con suficiencia y sarcasmo.
Conclusión: A pesar de la intensidad de la sesión, no se lograron revelaciones comprometedoras contra Sánchez. Su comportamiento arrogante y sarcástico fue problemático, pero la estrategia del PP también tuvo fallas significativas.