Adherentes a la ultraderecha en Europa están crecientemente favoreciendo a este sector político, especialmente en el Reino Unido y Alemania.
En Reino Unido, el Reform UK liderado por Nigel Farage ha ganado un notable apoyo en las elecciones locales.
La Alternativa para Alemania (AfD) ha sido calificada de 'extremista' por los servicios de inteligencia alemanes.
Esta clasificación posibilita que se adopten medidas legales severas contra AfD, incluyendo la prohibición de participar en próximas elecciones.
Se debate si debe ilegalizarse a la AfD por su caracter extremista, racista y antimuslim.
Existen dudas sobre cómo manejar las situaciones en Francia, donde Marine Le Pen ha sido apartada de la carrera presidencial, y en Rumania, donde un candidato populista ha sido inhabilitado.
El ascenso de la ultraderecha en Europa y la victoria de Donald Trump coinciden, lo que refleja un fortalecimiento generalizado de estos movimientos a nivel internacional.
Conclusión: La creciente influencia de la ultraderecha en Europa presenta un desafío importante para las democracias, requiriendo un delicado balance entre respetar la voluntad del electorado y salvaguardar las instituciones democráticas.