Barcelona aprobó sus ordenanzas fiscales para el 2025 con el respaldo de BComú y ERC, lo que mantendrá estables los impuestos.
Se avanzará en la fiscalidad turística, con incrementos del IBI para centenares de bienes inmuebles relacionados con el ocio y la hostelería.
Los acuerdos reportarán ingresos adicionales por alrededor de veinte millones de euros.
El alcalde se encuentra en una constante negociación con otros partidos debido a la exigua minoría con la que gobierna.
La ciudad se beneficiará de inversiones en investigación biomédica y las tecnologías complejas, áreas estratégicas para la UE.
Conclusión: El avance y la prosperidad de Barcelona dependen del aprovechamiento de alianzas con otras fuerzas políticas y el equilibrio entre mantener los impuestos y avanzar en la fiscalidad turística.