El Gobierno español propone hacer permanente el Gravamen Temporal Energético aplicado en 2022 a las compañías de petróleo.
Este impuesto indirecto aumenta el precio de los combustibles y sus derivados para todos los ciudadanos.
La competencia de las compañías energéticas españolas se ve amenazada por este impuesto frente a las multinacionales extranjeras.
El impuesto pone en peligro las inversiones en el sector energético español y aumenta la dependencia de España de la energía extranjera.
Para afrontar la transición energética necesaria, España requiere una inversión masiva que podría verse dificultada por dicho impuesto.
El impacto de hacer permanente el impuesto podría hacer que los proyectos de inversión previstos sean no rentables.
Conclusión: Las empresas energéticas deben contribuir de manera justa a la fiscalidad sin poner en peligro su competitividad y viabilidad. Los impuestos eventualmente repercuten en los ciudadanos y podrían poner en riesgo las necesarias inversiones en la transición energética.