El presidente Joe Biden es reacio a que Ucrania utilice misiles de largo alcance para atacar Rusia, por temor a una escalada militar antes de las elecciones en EE.UU.
Francia y el Reino Unido apoyan el uso de misiles por parte de Ucrania para equilibrar una posible negociación con Rusia.
Putin insinúa que si Ucrania ataca a Rusia con misiles, EE.UU. y otros países de la OTAN serían considerados como participantes directos en la guerra contra Rusia.
Putin ha conseguido normalizar la presencia de tropas rusas en Ucrania, a pesar de la ilegalidad de la situación.
Ucrania siente la necesidad de expandir sus victorias para poder negociar de igual a igual con el Kremlin.
Ni EE.UU. ni Alemania parecen dispuestos a correr el riesgo de una escalada de la guerra provocada por prueba de las amenazas de Putin.
Ucrania tendrá que esperar al resultado de las elecciones presidenciales en los EE.UU. para un cambio posible en su apoyo.
Conclusión: La prudencia de Biden es una apuesta arriesgada y de difícil sostenibilidad a largo plazo, pero ceder a las demandas de Ucrania podría desencadenar una cadena de eventos de consecuencias imprevisibles.