Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, ha nombrado a Michel Barnier, conservador, como su nuevo primer ministro.
Francia llevaba casi dos meses sin gobierno tras las elecciones legislativas anticipadas que desataron una crisis política sin precedentes.
Los intentos de Macron para encontrar un candidato a jefe de gobierno han sido infructuosos, lo que ha generado preocupación e indignación en sectores políticos, económicos y sociales.
Macron optó por un candidato que no fuera censurado en la Asamblea Nacional, en lugar de uno que reúna grandes apoyos.
Barnier, exministro de Asuntos Exteriores y negociador principal de la UE en el Brexit, será el quinto jefe de gobierno desde que Macron llegó al poder.
Francia se enfrenta a un déficit público sin precedentes, lo que ha llevado a la Comisión Europea a exigir reformas económicas drásticas antes del 20 de septiembre.
El nombramiento de un primer ministro no evita las acusaciones de irresponsabilidad política a Macron, quien ha sido incapaz de formar una mayoría parlamentaria.
Conclusión: La estabilidad política de Francia sigue siendo incierta, a pesar del nombramiento de Barnier como primer ministro. La capacidad de Macron para negociar esto y navegar por la complicada situación económica determinará su eventual éxito o fracaso.