Salvador Illa tomó posesión como presidente de la Generalitat, haciendo un llamado a la unidad y al servicio.
Lidiará con una serie de desafíos urgentes en áreas como educación, sanidad, seguridad, crisis climática, energía e inmigración.
Además, se enfrentará a desafíos a largo plazo relacionados con los déficits estructurales de la política en Cataluña.
Illa ha apuesto por el diálogo y la conciliación política, excluyendo sólo a las formaciones ultras y xenófobas.
Necesitará suturar las heridas de la sociedad catalana, un proceso que requerirá tiempo.
Uno de sus principales cometidos será implementar los acuerdos que hicieron posible su investidura y avanzar en la pacificación social y mejora de la financiación de Cataluña.
El Govern de Illa deberá lograr mejoras tangibles en áreas clave como la sanidad pública, educación, vivienda, y otros.
Conclusión: Illa inicia este desafiante mandato con la promesa de unir y servir a Cataluña. Este compromiso le honra pero también le obliga, y se espera que lidere de forma efectiva para promover el mejoramiento y la pacificación de la sociedad catalana.