La ley de Amnistía aprobada busca la reconciliación y tiene antecedentes en otros países europeos.
La Comisión de Venecia apoya la ley pero cuestiona la rapidez de su tramitación.
La Comisión de Venecia es un organismo respetado y sus opiniones son consideradas aunque no sean jurídicamente vinculantes.
La Comisión insta a que la ley se apruebe mediante una mayoría más amplia para facilitar la construcción de puentes.
Existe una fuerte polarización política en torno a la ley de Amnistía, siendo apoyada por el PSOE y los partidos independentistas y rechazada por el PP y Vox.
Conclusión: A pesar de las críticas y divisiones políticas, la ley de Amnistía seguirá adelante. Se sugiere que los partidos busquen formas de construir puentes y encontrar terrenos comunes para lograr una mayor cooperación y consenso.