El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, decidió adelantar a mayo las elecciones originalmente programadas para febrero de 2025.
Esta decisión está influenciada por la negativa de En Comú Podem a apoyar el presupuesto sin el descarte del proyecto Hard Rock en Tarragona, y el cálculo electoral de ERC.
Las consecuencias son tanto económicas, afectando las cuentas de toda la ciudadanía catalana y española, como políticas, afectando a la cohesión de la mayoría de investidura.
Más preocupante aún es el hecho de que el presupuesto del 2025 se desarrollará en un contexto de austeridad, dada la fiscalización de la UE.
Conclusión: Estos juegos políticos evidencian cómo las decisiones de las partes menores pueden trastocar los planes de los mayores y cambiar la promesa de estabilidad por la incertidumbre.