La diplomacia debe ser activa en conflictos como el de Israel en la franja de Gaza, siendo la séptima guerra desde la creación del estado israelí en 1948.
Hay una urgencia para debatir el fin del conflicto y encontrar una solución, a pesar de los desafíos presentados por la lógica bélica.
La fórmula de los dos estados, establecida en los acuerdos de Oslo de 1993, sigue siendo favorita aunque su implementación es más difícil hoy en día.
El plan de paz en 12 puntos de la UE es oportuno y necesario, pero puede ser idealista en sus expectativas.
El principal desafío para la diplomacia actual es determinar quién será la voz de Palestina, un territorio gobernado de facto por una organización terrorista desde 2006.
Conclusión: La necesidad de una solución diplomática para el conflicto entre Israel y Palestina se vuelve más importante a la luz de los crecientes desafíos y la complejidad de la situación.