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Editorial: La Vanguardia

  • La guerra de Israel en Gaza ha demostrado tener un alto potencial desestabilizador en una región históricamente precaria, exacerbada por la fragmentación étnica.
  • La existencia de considerables arsenales de armas complica aún más la situación, como lo demuestra Yemen, en guerra civil desde 2014, amenazando a Estados Unidos y sus aliados.
  • Estados Unidos ha priorizado contener el derramamiento de sangre en Oriente Medio y Asia Central, pidiendo a Israel que minimice las víctimas civiles.
  • El liderazgo regional en disputa entre Arabia Saudí y la República Islámica de Irán, contribuye al incremento de la tensión y dimensiones bélicas.
  • La tensión entre Irán y Pakistán, a pesar de sus buenas relaciones y recientes maniobras militares conjuntas, ha llevado a ataques territoriales en medio de la situación de Gaza.
  • A pesar de la escalada de ataques y hostilidades, hay signos esperanzadores como la declaración conjunta de Irán y Pakistán de respeto a la soberanía y la integridad territorial.

Conclusión: El estado actual de la región es extremadamente delicado, con un alto potencial para el derramamiento de sangre y la desestabilización. Cada nuevo foco de conflictos aumenta la tensión y el riesgo de una escalada bélica, con una serie de intereses y viejas rencillas intercaladas en un equilibrio precario.