La organización de la Copa del América progresa favorablemente para su celebración en Barcelona durante el verano.
La competencia generará amplios beneficios en varios aspectos, incluyendo proyección internacional, atracción de turismo de alto poder adquisitivo, y estímulos para la economía azul y el sector náutico catalán.
No habrá un coste extra para los contribuyentes ni para los empresarios que apoyaron la competencia desde el principio.
Los objetivos económicos de obtención de ingresos por patrocinio privado ya se han cumplido.
La aportación de los patrocinadores permitirá que no se tenga que incrementar el dinero público ya presupuestado.
Se espera que el impacto económico del evento sea superior al del Mobile World Congress.
La organización de la Copa del América sigue la misma fórmula que hizo exitosos los Juegos Olímpicos de 1992: la colaboración entre las administraciones públicas y la iniciativa privada.
Hay un gran desafío para que los ciudadanos de Barcelona se involucren en la competencia y la hagan suya.
Conclusión: La celebración de la Copa del América en Barcelona promete ser un éxito tanto deportivo como económico, gracias a la eficiente organización, la colaboración público-privada y la proyección internacional que conlleva el evento.