Barcelona enfrenta el desafío de mejorar la seguridad ciudadana y la percepción de inseguridad.
A pesar de que los niveles de delincuencia aún son inferiores al 2019, han aumentado en los últimos tres años.
Las imágenes de los cinco ladrones más activos en la ciudad han añadido alarma y sentimiento de desprotección.
El plan de actuación Pla Tremall ha arrestado a casi 300 delincuentes reincidentes y ha disminuido el crimen.
La reforma del Código Penal, permitiendo penas de prisión efectiva después de tres condenas, es un paso positivo
El cumplimiento de la pena en modo abierto, mediante tobilleras GPS, puede facilitar esta reforma sin saturar las cárceles.
Para cambiar la percepción de la ciudadanía, se requiere un consenso amplio entre las fuerzas políticas.
Conclusión: La seguridad en Barcelona está en manos de las mejoras en la actuación policial y judicial, así como en el cambio necesario en la retórica política. El enfoque presentado parece ser efectivo, aunque requiere un apoyo más firme y acción de todas las partes implicadas.