Hoy cumple un año de cuando Cataluña comenzó una nueva etapa con unas elecciones autonómicas en las que el independentismo perdió la mayoría absoluta en el Parlament.
El cambio que Illa prometió se ha asentado en ámbitos que van más allá del Govern, con señas de identidad como la previsibilidad y el respeto a la institucionalidad.
La previsibilidad ha proporcionado un estilo de gobierno respetuoso del legado recibido y evita cambios de partido bruscos.
En sus nueve meses en el poder, Illa ha buscado la centralidad política, estableciendo alianzas con varios sectores, incluyendo la Casa Real, Gobierno central, sindicatos, y la patronal.
El apoyo del Govern está frágil con solo 42 diputados de un total de 135 y el primer año sin aprobar los Presupuestos.
El Govern enfrenta dos retos importantes: resolver el problema de las Cercanías catalanas y el acuerdo de la financiación autonómica.
Conclusión: La resolución de estos dos problemas crónicos es crucial para que Salvador Illa pueda completar la legislatura y culminar la normalización de la vida pública catalana.